sábado, 3 de octubre de 2020

Alumnos-lechugas

 

Cuando plantas una lechuga, si no crece bien no echas la culpa a la lechuga. Intentas encontrar las razones por las que no está creciendo correctamente. Puede que necesite fertilizante, o más agua, o menos sol. Nunca le echas la culpa a la lechuga. Sin embargo, cuando tenemos problemas similares con nuestros amigos o familiares solemos echarles la culpa. Pero si sabemos cómo cuidar de ellos, crecerán bien, como la lechuga. Culpar al otro no tiene ningún efecto positivo, y tampoco lo tiene el intentar persuadir usando razones o argumentos. Esa es mi experiencia. No culpar, no razonar, no argumentar, solo comprender. Si comprendes, y demuestras tu comprensión, puedes amar, y las cosas pueden cambiar.


Qué metáfora tan clara y sencilla de Thich Nhat Hanh y que verdad tan grande!

Es cierto que como profesores la mayoría de las veces cuando un alumno no progresa la echamos la culpa a él, a su falta de atención, su baja motivación, poco trabajo,... y pocas veces nos analizamos a nosotros mismos para ver si hemos hecho todo lo que necesitaba ese alumno para poder progresar. 

!Qué bien se entiende cuando se habla de una lechuga! En la próxima clase visualizaré a mis alumnos como lechugas en sus pupitres para acordarme de esta metáfora y acompañarles en su aprendizaje desde la comprensión y el afecto para que crezcan y florezcan en todo su esplendor.

¡Un texto para tener a mano y releer con regularidad!

 

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